Tempered Sorcerer

Descripción

Todos los Dweghom poseen, en diversos grados, cierta afinidad con los Elementos Primordiales del Fuego y la Tierra, pero aquellos entre ellos que realmente ejercen poder hechicero son invariablemente tremendamente poderosos en uno o ambos Elementos. Este es el resultado directo del trabajo de sus ancestros Templados que buscaban dominar y controlar las furiosas fuerzas de la Prisión de Guerra. Lo que estos Ancestros no pudieron prever, sin embargo, fue la falta de control sobre estos poderes que muestran los Dweghom. Su control es tan limitado, de hecho, y su poder tan grande, que los Dweghom dotados están condenados a morir, consumidos por su propio don.

Sabiendo esto, no sorprende que en el corazón de la búsqueda de poder de un Hechicero Templado, uno finalmente siempre encuentre la búsqueda del control. Esto es lo que los Templados creen que se rindieron ese fatídico día en que rompieron la prisión de War: control de su poder, control de sí mismos, control de su futuro. Y son todas estas cosas las que luchan por recuperar.

La jerarquía Tempered da muy poco valor al poder puro, sino que se centra en el control. No sorprende que casi invariablemente los líderes de las Forjas Templadas sean Modeladores de Acero, ya que, por los Templados, se les considera el pináculo de la raza Dweghom, así como su salvación. Debajo de ellos están los Hechiceros que han logrado equilibrar sus poderes Elementales pero todavía están en el proceso de combinarlos, los Magmancers. Incluso debajo de ellos, están los Hechiceros, que todavía están luchando por controlar sus dones, los Geomancers y Pyromancers.

Los Dweghom que descubren que son Dotados, rápidamente llaman la atención de sus superiores y son entregados a los Templados para que aprendan a controlar su Don. Allí se les presenta una dura elección: abrazar el camino de la hechicería y aprender a controlar su poder o morir. Dado que se trata de Dweghom, un número sorprendente de candidatos todavía eligió el segundo camino, prefiriendo someterse al Descenso en lugar de entregar el regalo que sus antepasados ​​lucharon por otorgarles.

Aquellos que eligen el camino del Hechicero han elegido un camino largo y arduo. El primer paso es la adaptación de los injertos tecno-hechiceros, creados por los Steel Shapers para otorgarles a los Hechiceros un control básico sobre su poder. Poco más que mecanismos de ventilación mágicos, las mentes técnicas inteligentes de los Templados han encontrado innumerables usos para ellos en el campo de batalla: desde alimentar los poderosos trajes que usan los guardias forjados con llama y piedra, hasta cargar los poderosos cañones Hellbringer mientras se dirigen a la guerra.

Solo los Hechiceros más jóvenes y menos entrenados se arriesgan de esta manera. A medida que desarrollan un control más fino, son retirados de las líneas del frente y llevados a las forjas. Aquí es donde la mayoría de los Hechiceros Templados perfeccionan su talento: desde el poder elemental en bruto necesario para operar la más pesada de las forjas elementales hasta el sutil control hechicero requerido para alcanzar la temperatura precisa necesaria para las aleaciones milagrosas que hacen que los trabajadores del metal Dweghom sean incomparables.

Todos los candidatos, excepto los más raros, poseen una mayor afinidad con un elemento que con el otro. Empiezan su camino hacia el dominio del elemento en el que son más débiles, aprendiendo a controlarlo primero. Pasan incontables décadas usando cada vez menos de su poder con mayor y mayor control hasta que por fin pueden afirmar que han dominado su primer elemento. Una vez que se logra este control, un Hechicero busca realizar la misma tarea con el segundo elemento. Este es un camino más largo y peligroso, donde las lecciones aprendidas en el control del poder relativamente dócil de su elemento secundario le dan al futuro Hechicero alguna esperanza de controlar la furiosa vorágine de poder que es su Elemento principal.

Aquellos Maestros Piromantes y Geomantes, que han logrado domesticar su elemento principal, están listos para el siguiente paso en su avance. Con su fino control de ambos elementos, deben combinarlos y manifestar su dominio del para-elemento de Magma. Incluso con ambos elementos bajo control, este suele ser el paso más peligroso en el camino de un Hechicero hacia el poder y el control, con un porcentaje considerable que no logra controlar el floreciente poder de Magma. Si un Hechicero intenta esto sin haber alcanzado el dominio de ambos elementos, los resultados son casi siempre fatales.

Sin embargo, después de todo este tiempo, esfuerzo y logros, solo ahora comienza la última etapa del camino de un Hechicero hacia la ascensión. Al igual que todos los demás casos de tratar con energías primordiales, la combinación de dos fuerzas da como resultado la creación de más poder que la suma de sus partes y el control necesario se vuelve exponencialmente mayor. A medida que el dominio se logra lentamente, el Hechicero puede refinar su fuente de poder, alejándose del poder elemental puro de la tierra y el fuego hacia el verdadero dominio de un nuevo Elemento: el metal.